Al igual que sucede con la alimentación, en el ámbito de la cosmética y herbodietética también pueden engañarnos con los envases y presentaciones de los productos. Como muestra este ejemplo que me encontré el otro día en una gran superficie.
Se trata de aceites vegetales y aceites esenciales, vendidos ambos con el nombre de “aceites puros”, y colocados uno al lado de otro en la estantería. Compartiendo incluso la etiqueta del precio, cuando un aceite esencial no tiene nada que ver con un aceite vegetal. En mi opinión, esto ya confunde al consumidor.
Me llaman la atención un par de cosas:
- en el envase del Aceite esencial de Árbol de te pone: 100% aceite esencial y también “con Vitamina E”. Sin embargo, el aceite esencial de árbol del té no tiene en su composión química dicha vitamina, sino que sus principales componentes son alcoholes (1,8-cineol, Terpineno-4-ol,…).
- el precio, ya que parecen auténticas “gangas”. El bote de 30ml de rosa mosqueta, argán o árbol del te a 4, 99€. Cuando sus precios suelen estar en torno a: 10-16€.
La respuesta a estas observaciones está aquí:
- En el listado de ingredientes aparece uno que no debiera estar, el tocopheryl acetate (una versión sintética de la vitamina E o tocoferol). Lo que significa que estos productos no son 100% puros como nos quieren hacer creer a través de su envase. Además es interesante mencionar que dicha sustancia se produce usando hidroquinona, que es tóxica e irritante con potencial carcinógeno.
Este tipo de productos se han de adquirir en establecimientos fiables, y hemos de prestar atención a “la letra pequeña” de las etiquetas y valorar si el precio se ajusta al precio de la mayoría de los establecimientos, ya que normalmente precios sorprendentemente bajos se deben a que son productos adulterados es decir, no puros.